GFS: «Lacalle, jódete», El Mundo, 7-V-2025

En 1995 Herri Batsuna aprobó la ponencia “Oldartzen”. En el texto se ordenaba dar “batalla” en “todos los terrenos: educativo, lingüístico, cultural, y especialmente en el terreno de los medios de comunicación”. El primer atentado de ETA, en 1959, había sido contra un diario, así que el odio a la prensa venía de lejos. Durante la “socialización del sufrimiento” se convirtió en uno de los objetivos prioritarios del terrorismo y la kale borroka.

En un documento interno de Jarrai, intervenido en 1998, se daban instrucciones como esta: “¡Informarse de cómo y cuándo llegan [los periódicos] y quemarlos todos, o por lo menos obstaculizaríamos que fueran distribuidos en nuestro pueblo! ¡Ah, qué felicidad!”. También “deben impulsarse campañas populares que presionen psicológicamente a los periodistas-txakurras, resaltando con pedagogía su papel y sus funciones”.

Obedientes, los jóvenes escuadristas de Jarrai quemaron diarios y acosaron a los profesionales y a sus familias. La lista de periodistas que sufrieron violencia de persecución es larguísima, con nombres como los de José Mari Calleja y Gorka Landáburu. El 24 de mayo de 2001 ETA mató al director financiero del Diario Vasco, Santiago Oleaga Elejabarrieta. Un año antes había asesinado a José Luis López de Lacalle en Andoain.

El comando Ttotto lo había intentado en tres ocasiones, pero la cuarta fue la definitiva. El 7 de mayo por la mañana tres terroristas lo esperaron en el portal de su casa. López de Lacalle regresaba de comprar el pan y la prensa, cuando, según la sentencia, “José Ignacio Guridi Lasa se acercó a él y tras asegurarse de que se trataba efectivamente del periodista, le efectuó cuatro disparos con el arma de fuego que portaba (…), en tanto que otro miembro del comando vigilaba, huyendo ambos a continuación del lugar, utilizando un vehículo donde les esperaba una tercera persona”. La víctima “falleció de forma inmediata”.

Una de las pintadas que aparecieron aquella noche en Andoain sintetizaba el ideario de la izquierda abertzale: “José Luis de Lacalle, jódete!!! ETA, herria zurekin”. ETA, el pueblo está contigo. No todo, pero sí una parte. Por ejemplo, el alcalde y los concejales de Euskal Herritarrok, que se negaron condenar el asesinato de su vecino.

Entre aquellos ediles estaba la teniente de alcalde Ainhoa Ozaeta. En 2014 fue condenada por formar parte de la cúpula de la banda como tesorera y jefa del aparato de extorsión. Ahora da clase como profesora del Departamento de Economía y Gestión de la UPV/EHU. Al menos no le falta experiencia en el sector. Al contrario que Ozaeta, José Luis López de Lacalle siempre luchó por un mundo mejor. Durante la dictadura fue militante comunista y uno de los fundadores y organizadores de CCOO en Guipúzcoa, compromiso por el que fue detenido, torturado por Melitón Manzanas y encarcelado durante cinco años. En democracia ejerció la libertad de expresión como miembro del Foro Ermua y columnista en El Mundo. Y por eso ETA lo mató

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