Como caracteriza a los procesos de cambio, lo viejo no se iba del todo y lo nuevo no acababa de llegar. Durante la primera Transición hubo todavía abundantes abusos de autoridad, fueron habituales los maltratos a los detenidos y tuvieron lugar algunos trágicos episodios de violencia en los que estuvieron implicados miembros de las FCSE o de los sectores más reaccionarios del Estado. En 1976 se registraron dos de los casos más conocidos. El 9 de mayo dos partidarios de la corriente progresista del carlismo, seguidores del pretendiente Carlos Hugo, fueron asesinados a manos de sus adversarios ultraderechistas en Montejurra, con la complicidad de un sector de la Administración.
Dos meses antes se había producido la matanza de Vitoria. Debido a un enconado conflicto laboral, las plantillas de varias empresas de la ciudad mantenían un largo paro que duraba desde comienzos de año. El 3 de marzo de 1976, por tercera vez consecutiva, se llamó al conjunto de la población a una huelga general en solidaridad con la lucha de aquellos trabajadores. Aquel día por la tarde se celebró una asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís, situada en el barrio de Zaramaga, que el Gobierno Civil ordenó disolver. Incumpliendo el Concordato firmado con la Santa Sede, la Policía Armada lanzó gases lacrimógenos dentro del edificio, por lo que los reunidos se vieron obligados a salir. Los agentes no solo dispararon pelotas de goma, sino también sus armas de fuego. En total, cinco trabajadores murieron a consecuencia de las balas: Pedro María Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso Chaparro, José Castillo y Bienvenido Pereda. A esta lista habría que sumar casi un centenar de heridos. Otro manifestante más, este el día 6 en Tarragona, falleció en una protesta al caerse de una azotea huyendo de la Policía.
Siguiendo la consigna “Vitoria, hermanos, no os olvidamos”, se convocó una huelga general para el lunes 8 de marzo. Tuvo un amplio seguimiento en Euskadi. La oposición calculaba que habían parado 500.000 trabajadores vascos y navarros. Según fuentes oficiales, habían hecho huelga unos 105.000 guipuzcoanos. En Vizcaya “a partir del 5 de marzo la inactividad es total en los Centros Universitarios e Institutos de Bachillerato, celebrándose multitud de asambleas, concentraciones y manifestaciones callejeras. La universidad de Deusto es cerrada durante cinco días. Hasta el 16 de Marzo no se restablece la normalidad en los Centros de enseñanza superior”. En aquellas jornadas de protestas hubo continuos enfrentamientos entre los manifestantes y las FCSE, que se saldaron con una nueva víctima mortal. En Basauri el 8 de marzo un guardia civil acabó con la vida de un joven de 18 años, Vicente Antón Ferrero, de un tiro en la cabeza. Al día siguiente unas 50.000 personas se concentraron en aquella localidad como homenaje al fallecido.
El responsable de las FCSE durante aquellos acontecimientos era Manuel Fraga, ministro de Gobernación de diciembre de 1975 a julio de 1976, quien había acuñado como lema la frase “la calle es mía”. Si bien hasta entonces había sido tenido por representante del ala más “liberal” y aperturista del régimen, su gestión de la cartera de Gobernación fue muy cuestionada. Años después Fraga escribió en sus memorias que “lo primero que tiene que hacer el ministro de la Gobernación es, obviamente, mantener el orden. (…) El orden fue mantenido, y, si se tienen en cuenta las circunstancias, a un coste razonable; después del 1 de mayo todo el mundo iba a saber que el serio intento que algunos habían realizado de volcar el carro y de crear las condiciones para un Gobierno provisional, del tipo de abril de 1931, no podría tener éxito”.
La matanza de Vitoria fue uno de los motivos que empujaron a la oposición moderada a fusionar los dos organismos en los que se encontraba dividida, la Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática, dando lugar a la Coordinación Democrática, popularmente conocida como “Platajunta”. Sus objetivos eran la amnistía, las libertades y la convocatoria de unas elecciones que dieran paso a unas Cortes constituyentes.
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> El 3 mar 2016, a las 15:16, Gaizka Fernández Soldevilla escribió: > > >