Una lastima, podría haber dejado en el único lugar que se merecen terroristas y animadores, en el mas absoluto de los olvidos como asesinos que fueron y lo siguen siendo, porque Sarasqueta, salió libre a los siete años tras la amnistía del 77. El y no otro disparó dos veces mas sobre Pardines cuando este agonizaba en el suelo. Lastima, porque la historia en sí esta bien hilada, bien tirada pero le sobra ese sesgo blanqueador y equidistante tan de moda, algo que es incompatible con la verdad, y la verdad es que victimas y verdugos no pueden estar nunca del mismo lado, como no es lo mismo, tener cabeza que disparar sobre ella. Me da mucha pena, me avergüenza, que esta serie, que llevaba un hilo coherente, pueda hacer creer al final de ella que el culpable de que Pardines fuera asesinado vilmente, y rematado aún de manera mas cobarde, fuera el exceso de medicación de aquel que siempre fue un fanático malnacido, con todos mis respetos para su madre, que, a ella, si la retratan tal como era, una buena persona y una buena madre. Ademas de esto, la serie tiene fallos graves relacionados con la Guardia Civil (lo que da a entender que su documentación sobre este cuerpo ha sido muy deficiente) y de conocimiento del funcionamiento y relación en aquellos momentos entre esta institución y el Cuerpo Nacional de Policía al que pertenecía la brigada político social de Melitón Manzanas (este, si, muy bien retratado), puesto que la colaboración mutua existía un contadas ocasiones, por lo que el comisario Manzanas no tuvo nunca relación alguna con la Guardia Civil mas allá de esporádicas consultas meramente informativas. Coño, me hubiera gustado que los muchos retazos de realidad que tiene la serie no se hubieran empañado con ese enfoque en una única dirección histórica, el cambio de estudio y de color de tanta ignominia, tanta sangre y tanto dolor. ¡Lastima! Y los pobres guardias… aquellos veinte años…nadie habla de ellos
Una lastima, podría haber dejado en el único lugar que se merecen terroristas y animadores, en el mas absoluto de los olvidos como asesinos que fueron y lo siguen siendo, porque Sarasqueta, salió libre a los siete años tras la amnistía del 77. El y no otro disparó dos veces mas sobre Pardines cuando este agonizaba en el suelo. Lastima, porque la historia en sí esta bien hilada, bien tirada pero le sobra ese sesgo blanqueador y equidistante tan de moda, algo que es incompatible con la verdad, y la verdad es que victimas y verdugos no pueden estar nunca del mismo lado, como no es lo mismo, tener cabeza que disparar sobre ella. Me da mucha pena, me avergüenza, que esta serie, que llevaba un hilo coherente, pueda hacer creer al final de ella que el culpable de que Pardines fuera asesinado vilmente, y rematado aún de manera mas cobarde, fuera el exceso de medicación de aquel que siempre fue un fanático malnacido, con todos mis respetos para su madre, que, a ella, si la retratan tal como era, una buena persona y una buena madre. Ademas de esto, la serie tiene fallos graves relacionados con la Guardia Civil (lo que da a entender que su documentación sobre este cuerpo ha sido muy deficiente) y de conocimiento del funcionamiento y relación en aquellos momentos entre esta institución y el Cuerpo Nacional de Policía al que pertenecía la brigada político social de Melitón Manzanas (este, si, muy bien retratado), puesto que la colaboración mutua existía un contadas ocasiones, por lo que el comisario Manzanas no tuvo nunca relación alguna con la Guardia Civil mas allá de esporádicas consultas meramente informativas. Coño, me hubiera gustado que los muchos retazos de realidad que tiene la serie no se hubieran empañado con ese enfoque en una única dirección histórica, el cambio de estudio y de color de tanta ignominia, tanta sangre y tanto dolor. ¡Lastima! Y los pobres guardias… aquellos veinte años…nadie habla de ellos