Cuando se empieza una tesis doctoral en Historia hasta el más avispado se encuentra, basicamente, perdido. La carrera puede servir para asentar ciertos conocimientos, determinadas habilidades e incluso para conferir las herramientas teóricas necesarias, pero, desde luego, en la facultad al estudiante no se le enseña a investigar. Ni a escribir correctamente, por supuesto. Y, por desgracia, no siempre se habitua a analizar, razonar, argumentar o sinterizar. A veces se limita a memorizar largos textos para luego verterlos en un examen, algo que unicamente sirve para ejercitar la memoria y demostrar la capacidad de rellenar folios a mano con rapidez. Para poco más. En realidad, el oficio del historiador, como otros muchos, se aprende con la práctica. O sea, haciendo. Pero siempre es útil hacerse con una guía que nos ayude a orientarnos y a evitar los típicos errores del doctorando novato. Por ejemplo, es recomendable, aunque no indispensable, consultar el libro ya clásico de Umberto Eco, Cómo se hace un tesis doctoral. Trasteando por internet se pueden encontrar otros sugerentes trabajos sobre esta cuestión, como este de la UNED, este otro de la Universidad de Navarra o incluso este último, de una universidad australiana. En ese sentido, el último número de la revista Rubrica Contemporánea, vol. 1, 2012, contiene un monográfico sobre técnicas y tácticas de escritura historiográfica más que interesante para doctorandos, pero también para cualquier historiador. Merece la pena. Actualización: no se pierdan la entrada sobre este tema en el blog de Laura Novelle ni esta Guía para la elaboración de artículos científicos, tesis, trabajos de investigación, citas bibliográficas y recursos electrónicos
Gaizka, me gustaría que escribieras algo sobre el centro de estudios vascos de la Universidad de Nevada-Reno. En el enlace que nos dabas el otro día De la Granja y Mees lo trataban de modo muy neutral como un centro académico. Yo lo que conozco de su staff y sus publicaciones (y desde luego de sus directores Douglas y Zulaika) la sensación que tengo es que se trata más bien de una avanzadilla en la difusión de la ideología nacionalista en USA. ¿Cuál es tu opinión?
Estimado Alberto:
Conozco a profesores de la UPV-EHU que han estado un tiempo en Reno, ya sea investigando o en estancias largas. Por lo que sé, como centro bibliográfico y archivístico, es probablemente el mejor y más completo de América, e incluso tiene publicaciones y documentación que son muy difíciles de encontrar en el País Vasco.
Aunque la calidad de su trabajo es indiscutible, considero que la obra de William Douglass y Joseba Zulaika a veces destila cierto sesgo ideológico (por ejemplo, a menudo confunden «vascos» con «nacionalistas vascos», como si fueran exactamente la misma cosa). El mío es un juicio pretendidamente templado, pero hay autores que tienen una opinión bastante más dura al respecto. Por ejemplo, Juan Aranzadi («El escudo de Arquíloco») consideraba que el libro «Violencia vasca. Metáfora y sacramento» de Zulaika era «una exégesis abertzale del terrorismo etarra». Yo no diría tanto, aunque, sí, desde luego, era demasiado comprensivo con la actividad terrorista ETA, por decirlo de alguna manera.
Ahora bien, no me atrevo a juzgar la orientación de todo el centro atendiendo únicamente a ese dato. Me parece demasiado aventurado. Habría que investigar un poco más. Ya siento de no ser de más ayuda.
Un cordial saludo